Planificar, es un hábito saludable que todas debemos integrar. Se trata de construir tu mundo y saber cuál será el siguiente paso que debes dar. Te ayuda a saber qué hacer para enfrentarte a los obstáculos que se puedan presentar. Es ponerte metas y retos que te lleven a lo que deseas alcanzar. Planificar te ayuda básicamente a ser responsable de tus actos, y por ende llevarlos a cabo de la mejor manera posible.
Encaminarse y atreverse a dar los primeros pasos en la planificación financiera es un gran evento en la vida de toda persona. La planificación de vida financiera contempla una base integral y se enfoca en el concepto de que naturalmente cada ser humano se propone vivir con significado, propósito, valores y metas por cumplir. Esto quiere decir que el dinero debe verse tanto como un medio de seguridad, como una manera para alcanzar tus objetivos personales y ayudarte a vivir una vida plena y abundante en todo sentido de la palabra.
La planificación financiera debe lograr un equilibrio entre dos partes; no solo se trata de tener una cantidad específica de dinero en ahorros, cobertura y protección a través de pólizas, planes de ahorro para el retiro, inversiones, entre otros (aunque todo esto es fundamental de una sana y sabia planificación), también debe centrarse en identificar tus circunstancias actuales, prioridades, aspiraciones y sueños para aumentar el bienestar y la capacidad de alcanzar tus objetivos personales. La clave está en la integridad, tu plan de vida financiero debe estar enfocado a apoyarte en todas las áreas de tu vida y así lograr el equilibrio que es fundamental para alcanzar metas.
Si bien la vida es impredecible, está compuesta de momentos dentro de etapas determinadas y el contar con una correcta planificación financiera para cada momento de vida es esencial para avanzar y progresar de la mejor manera. El proceso de planificación también te ayuda a examinar tu vida y comprender los objetivos más importantes durante cada etapa.
Te ayuda a identificar retos y cambios de vida para, a partir de ahí, puedas construir un plan financiero que alinee tus objetivos de vida con tu situación financiera actual y la esperada en el futuro.
Tomemos de referencia las 5 fases más importantes de tu vida financiera:
1. Te insertas en el ámbito laboral
2. Tus primeros ingresos se estabilizan
3. Te mudas y vives solo (a) o con alguien.
4. Adultez activa, eres completamente independiente y administras bien tu dinero.
5. Adulto mayor, estás cerca de tu edad de retiro.
A lo largo de tu ciclo de vida, tu éxito financiero finalmente no dependerá de cuánto dinero ganes, sino de cómo planificas, administras tu dinero y mantienes el control de tus finanzas. Lejos de tratarse de una persecución insaciable por más y más dinero, lo importante es tener una auténtica conexión con nuestros sueños y aspiraciones para conseguir alcanzar el bienestar integral.
La planificación de vida financiera contempla un amplio espectro que cubre una serie de temas desde el presupuesto, deuda, gasto y ahorro, la planificación para el retiro y estudios universitarios, protecciones y seguros, inversión, inteligencia fiscal, entre otros. Al sentar las bases para una planificación financiera sólida, debes comprender cómo cada uno de estos temas funciona y cómo se relacionan y afectan entre sí.
Algunas estrategias para tomar el control de tus finanzas ahora:
1. Lee y edúcate: existen miles de libros sobre cómo tomar el control de tus finanzas para cada nivel en el que estés, desde cómo salir de la deuda hasta cómo construir una cartera de inversiones. Los libros son excelentes para cambiar tu enfoque sobre el dinero.
2. Crea un presupuesto: trata de desarrollar un plan sobre cómo gastar tu dinero cada mes basado en cuánto ganas y gastas normalmente. Un presupuesto es un plan a corto plazo para las próximas semanas o meses y es la mejor herramienta para cambiar tu futuro financiero.
3. Minimiza los gastos: es una de las cosas más fáciles que puedes hacer para tomar el control, si bien es posible que no puedas reducir ciertos gastos fijos, puedes reducir algunos gastos variables y cancelar suscripciones que no utilices. Planear un menú mensual también es buena idea, de esta manera se facilita la compra de los alimentos, la preparación de los ingredientes y desperdicias menos porque es más probable que utilices todos los ingredientes mientras están frescos. Además, gastarás menos en comida de restaurantes.
4. Cuida el uso de tarjetas de crédito: si te cuesta llegar a fin de mes y usas tus tarjetas de crédito como un plan B para lograrlo, rápidamente terminarás endeudándote. Este es uno de los errores más grandes que puedes cometer, especialmente por lo intereses altos que contempla. Esto limitará tu dinero disponible para pagar facturas, ahorrar para el retiro o trabajar hacia alguna otra meta financiera. En este caso, lo mejor es utilizar tarjetas de débito para evitar acumular más deuda y abrir una cuenta de ahorros a corto plazo para que construyas poco a poco tu plan de ahorro para emergencia y que éste sea tu plan B.
5. Ahorra: para que de manera más gradual aumente tu riqueza. Toma el dinero de los gastos que recortas, semanal o mensualmente y colócalo en una cuenta de ahorro que te genere algún tipo de interés. No importa cuánto ahorres, lo importante es buscar formas de aumentar tus ahorros con el tiempo. Recuerda que pequeñas acciones se traducen a grandes ganancias a largo plazo.
6. Construye un plan financiero: es esencial para tomar el control de tus finanzas y te ayuda a delimitar un período de tiempo para alcanzar los grandes objetivos en tu vida. El plan financiero cubre un horizonte mayor de tiempo, generalmente de 10, 15, 20 o más años hacia el futuro y te ayuda a priorizar tus objetivos, a menudo concentrándote en uno o dos objetivos financieros a la vez. Hoy en día, la mayoría de las firmas que brindan soluciones modernas ofrecen herramientas que te permiten monitorear en tiempo real el rendimiento de tus inversiones y te mantiene enfocada cuando trabajas en tus objetivos a largo plazo.
7. Protégete: la mejor manera de proteger tus finanzas es estar bien cubierta. Los seguros más comunes son los de automóvil, hogar, vida y salud. Puedes verte tentada a escatimar en este tipo de protecciones, pero no debes olvidar que es lo único que te protege de situaciones que pueden disparar gastos y destruir tus finanzas por completo.
8. Asegura tu futuro: retirarse es costoso y lo recomendable es comenzar a ahorrar cuando inicias con tu primer trabajo. Incluso si estás trabajando para salir de deudas, es importante contribuir a un plan para tu futuro. La cantidad del ahorro depende directamente de la edad que tengas cuando comiences y el estilo de vida que prefieres, y entre antes inicies menor será el monto que deberás aportar. El tiempo juega un rol fundamental en la planificación financiera a largo plazo.
9. Invierte: si esta idea te intimida, edúcate en conceptos básicos de inversión, reúnete con un asesor financiero o consulta con una persona de confianza que tenga experiencia y éxito en el área de inversiones. Invertir de manera constante, distribuyendo tu dinero en los porcentajes apropiados en diversas clases de activos, sin duda puede ayudarte a maximizar tus ganancias y limitar tu riesgo de pérdida.
Cuando realmente te comprometes con algo, te preguntas todos los días de tu vida, qué puedes hacer para alcanzar tu objetivo. Sea que te sientes atrapada en un ciclo de deuda, que ganes menos de lo que necesitas para el nivel de vida que quieres o simplemente estés lista para comenzar a ahorrar para una meta financiera importante, como la compra de una casa o invertir; es posible que requieras de ayuda para alinearte con tus objetivos. Establecer metas para lo que deseas lograr con tu dinero puede brindarte un plan de acción para seguir y una razón para mantenerte motivada y enfocada en el camino.
-Ana Contreras